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miércoles, 6 de junio de 2012

Partido amistoso - Francia 4 Estonia 0

Francia vuelve a ser Francia, aquella selección temible que coronó su época dorada con una Eurocopa y un Mundial. Está claro que necesita apuntalar esta sensación con un resultado notable en el torneo que empieza el próximo viernes en Polonia y Ucrania pero desde luego los mimbres son inmejorables.

Porque esta Francia, la de Laurent Blanc, la que trata de enterrar el borrón de Sudáfrica bajo toneladas de buen fútbol, tiene madera de equipo importante. Para empezar, porque llega a la cita del año con dos jugadores deslumbrantes como Ribéry y Benzema.

Entre ambos se las arreglaron para desquiciar a la aplicada pero limitada zaga de Estonia, que sólo pudo aplaudir el primer tanto del delantero del Bayern y la rosca del madridista para el 2-0 con el que se llegó al descanso.

Pero hay más, mucho más, porque Francia cuenta con un ramillete de lugartenientes que no le van demasiado a la zaga a sus dos generales. Hablamos, cómo no, de jugadores como Nasri, Ben Arfa o Giroud. Los dos últimos, sin ir más lejos, son suplentes y podrían dinamitar cualquier encuentro entrando desde el banquillo, condición sine qua non para los equipos de primera línea.

Quedan cosas por pulir, no cabe duda, porque un equipo campeón no se monta de la noche a la mañana, pero las sensaciones, repetimos, son inmejorables.

Sus dudas, más que nada, son defensivas, porque Mexès sólo convence a Blanc como compañero de Rami. Y es que un modesto delantero estonio que responde al nombre de Ojamaa necesitó sólo cinco minutos para mostrar las vergüenzas del central del Milan, lento y dubitativo en varias acciones.

El centro del campo tampoco es que enamore pero tiene empaque y cierta calidad. Para crear, y maravillar, ya están los de arriba. En cierto sentido, recuerda a la Argentina de Sabella aunque Francia tiene un mejor trato del balón en todas sus líneas.

El primer tanto del partido ejemplifica a la perfección este discurso. Pared entre Ribéry y Benzema, con taconazo incluido del '9' blanco, y definición inapelable de la estrella del Bayern. El 2-0 fue una genialidad de Benzema pero en el tercero volvió a funcionar la sociedad de moda en la selección gala: pase de Ribéry y nuevo gol del 'gato' más mortal del panorama futbolístico.

El cuarto, con el tiempo casi cumplido, corraboró el buen momento de forma de Giroud, máximo artillero de la Liga francesa, que asistió de tacón a Menez para que éste cerrara el marcador.

Ahora llega Inglaterra y con ella la tensión propia de los partidos de competición oficial. Francia sigue estando a examen, pero amenaza con sacar un sobresaliente. Ya saben, el que avisa no es traidor.


4- Francia: Lloris; Debuchy, Rami, Mexès, Evra; Cabaye (Valbuena, m.51), Diarra (Koscielny, m.65), Malouda (Giroud, m.73); Nasri (Ben Arfa, m.73), Benzema (Menez, m.73), Ribéry (Martin, m.65).

0- Estonia: Pareiko; Jääger, Klavan, Rähn, Teniste (Kruglov, m.46); Dmitrijev, Kruglov, Vassiljev; Kink (Purje, m.68), Oper (Voskoboinikov, m.68), Ojamaa (Saag, m.61)

Goles: 1-0, m.25: Ribéry; 2-0, m.37: Benzema; 3-0, m.47: Benzema; 4-0, m.91: Menez.

Árbitro: Liran Liany (ISR)  

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