El Lyon, que afrontaba su octava final, conquistó la quinta Copa de
Francia de su historia. Fue a costa de un adversario sin tradición en la
puesta en juego de los títulos. Su hecho más notable fue otra final en
la Copa, hace 85 años, en 1927, cuando perdió ante el Olympique
Marsella.
Sin embargo, el Quevilly se ganó la consideración de equipo
revelación a lo largo de la competición, en la que dejó por el camino al
Marsella y al Rennes. De ahí la prudencia con la que afrontó el choque
el entrenador del Lyon Rémi Garde.
No encontró facilidades el Lyon, que se topó con el entusiasmo de su
rival, ante una oportunidad única. Sobrevivió el equipo de Remi Garde
con el tanto de Lisandro López, a la media hora de partido, después de
una acción de Alexandre Lacazette.
El partido siguió abierto. El Lyon no pudo ampliar su renta y su
triunfo estuvo en el aire hasta el final. Pero el Quevilly no inquietó
lo suficiente a Hugo Lloris para ampliar sus expectativas y el Lyon
heredó el trono del Lille, último campeón.
Lyon: Hugo Lloris, Anthony Réveillère, Cris, Dejan Lovren
(Bakary Kone, m.18), Aly Cissokho, Kim Källström, Yoann Gourcuff
(Clement Grenier, m.67), Maxime Gonalons, Lisandro López, Alexandre
Lacazette y Bafétimbi Gomis (Jimmy Briand, m.82).
Quevilly: Yassine El Kharroubi, Alexandre Vardin, Frédéric
Weis, Grégory Beaugrard, Cédric Vanoukia, Zanké Diarra (Abdel Majide
Ouahbi, m.77), Matthias Jouan, Anthony Laup (John-Christophe Ayina,
m.82), Pierrick Capelle, Julien Valero (Karim Herouat, m.57) y Joris
Colinet.
Goles: 1-0, m.27: Lisandro López.
Árbitro: Hervé Piccirillo. Mostró tarjeta amarilla a Kallstrom y Gernier, del Lyon y a Colinet del Quevilly.
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